
A lo lejos...
Veía a los abuelos pasear
Los autos lentos como si se lucieran al tiempo
El viento paseándose por las ramas de los arboles
A la niña tomada de la mano de su madre
A lo lejos...
Estaba el cazador de ideas hablándole al sol
Los jóvenes mostrando sus mejores miradas
A las compañeras de la clase
A las señoras con manto en mano
Y entre los dedos el rosario memorizado
Saliendo de la oración diaria
A lo lejos...
Un quincallero haciendo sus mejores ofertas
Tratando de hacer la venta del día
Con ojos reflejando pura esperanza
De encontrar un nuevo mañana
A lo lejos...
La estatua de Morell Campos
Componiendo su mejor danza
Testigo silente del sentimiento desplazado
Flanqueando a los leones característicos
Del señorío de la ciudad
A lo lejos...
Se pierden los sueños que tuve
Donde celebrábamos la vida
Al ritmo de las retretas
Recordando los momentos donde
Sin decir palabra alguna
Amanecíamos abrazados
Disfrutando de lo sublime del tiempo
A lo lejos...
Galopaba mi mirada hacia el cielo
Nublándose de lágrimas de sentimientos
Odiando el adiós que tú esperabas
Y la resignación que yo buscaba
A lo lejos...
Mis manos volaban como palomas
Buscándote entre las nubes del recuerdo
Tratando de alcanzar un sueño
Que nunca tuvo vida propia
Que sobrevivía por diálogos mecánicos
Faltos de energía
A lo lejos...
Mi mente buscaba regresar
Al banco de la plaza
Donde nos encontrábamos
Y yo dejaba morir mis sentimientos
A lo lejos.
Núm. – 59
Veía a los abuelos pasear
Los autos lentos como si se lucieran al tiempo
El viento paseándose por las ramas de los arboles
A la niña tomada de la mano de su madre
A lo lejos...
Estaba el cazador de ideas hablándole al sol
Los jóvenes mostrando sus mejores miradas
A las compañeras de la clase
A las señoras con manto en mano
Y entre los dedos el rosario memorizado
Saliendo de la oración diaria
A lo lejos...
Un quincallero haciendo sus mejores ofertas
Tratando de hacer la venta del día
Con ojos reflejando pura esperanza
De encontrar un nuevo mañana
A lo lejos...
La estatua de Morell Campos
Componiendo su mejor danza
Testigo silente del sentimiento desplazado
Flanqueando a los leones característicos
Del señorío de la ciudad
A lo lejos...
Se pierden los sueños que tuve
Donde celebrábamos la vida
Al ritmo de las retretas
Recordando los momentos donde
Sin decir palabra alguna
Amanecíamos abrazados
Disfrutando de lo sublime del tiempo
A lo lejos...
Galopaba mi mirada hacia el cielo
Nublándose de lágrimas de sentimientos
Odiando el adiós que tú esperabas
Y la resignación que yo buscaba
A lo lejos...
Mis manos volaban como palomas
Buscándote entre las nubes del recuerdo
Tratando de alcanzar un sueño
Que nunca tuvo vida propia
Que sobrevivía por diálogos mecánicos
Faltos de energía
A lo lejos...
Mi mente buscaba regresar
Al banco de la plaza
Donde nos encontrábamos
Y yo dejaba morir mis sentimientos
A lo lejos.
Núm. – 59