lunes, junio 18, 2007





A lo lejos...
Veía a los abuelos pasear
Los autos lentos como si se lucieran al tiempo
El viento paseándose por las ramas de los arboles
A la niña tomada de la mano de su madre

A lo lejos...
Estaba el cazador de ideas hablándole al sol
Los jóvenes mostrando sus mejores miradas
A las compañeras de la clase
A las señoras con manto en mano
Y entre los dedos el rosario memorizado
Saliendo de la oración diaria

A lo lejos...
Un quincallero haciendo sus mejores ofertas
Tratando de hacer la venta del día
Con ojos reflejando pura esperanza
De encontrar un nuevo mañana

A lo lejos...
La estatua de Morell Campos
Componiendo su mejor danza
Testigo silente del sentimiento desplazado
Flanqueando a los leones característicos
Del señorío de la ciudad

A lo lejos...
Se pierden los sueños que tuve
Donde celebrábamos la vida
Al ritmo de las retretas
Recordando los momentos donde
Sin decir palabra alguna
Amanecíamos abrazados
Disfrutando de lo sublime del tiempo

A lo lejos...
Galopaba mi mirada hacia el cielo
Nublándose de lágrimas de sentimientos
Odiando el adiós que tú esperabas
Y la resignación que yo buscaba

A lo lejos...
Mis manos volaban como palomas
Buscándote entre las nubes del recuerdo
Tratando de alcanzar un sueño
Que nunca tuvo vida propia
Que sobrevivía por diálogos mecánicos
Faltos de energía

A lo lejos...
Mi mente buscaba regresar
Al banco de la plaza
Donde nos encontrábamos
Y yo dejaba morir mis sentimientos
A lo lejos.


Núm. – 59

sábado, junio 16, 2007

Para que admirar la luz de la luciérnaga
Si es tan breve su existencia

Para que tener que seguir un gobierno
Que no valora ni respeta…
Y para que luchar por la excelencia
Si se recompensa el conformismo
Para que creer en un dios
Si sus representantes son pedófilos

Para que decirle a la pareja que la quieres
Mientras piensa en otra persona
Y para que creer en el amor
Si existe el desamor
Para que atesorar una rosa
Si su esencia se ha evaporado
Y para que mirarte a los ojos
Si no veo mi vida reflejada



Núm. – 58

sábado, junio 09, 2007











Té extraño;
y no lo puedo evitar,
extraño tus dedos
convirtiendo en melodía todo mi ser,
extraño tus labios
al susurrarme todos tus deseos,
extraño tus ojos
que al mirarme comunican todo.

Té extraño;
y no lo puedo evitar,
extraño al sol
iluminando tu despertar,
extraño los árboles
y su alfombra tendida al caminar,
extraño al rió
brindándote su serenidad.

Té extraño;
y no lo puedo evitar,
porque desde que te fuiste
yo no he vuelto a amar.



Núm-21