sábado, junio 09, 2007











Té extraño;
y no lo puedo evitar,
extraño tus dedos
convirtiendo en melodía todo mi ser,
extraño tus labios
al susurrarme todos tus deseos,
extraño tus ojos
que al mirarme comunican todo.

Té extraño;
y no lo puedo evitar,
extraño al sol
iluminando tu despertar,
extraño los árboles
y su alfombra tendida al caminar,
extraño al rió
brindándote su serenidad.

Té extraño;
y no lo puedo evitar,
porque desde que te fuiste
yo no he vuelto a amar.



Núm-21

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